“Quien nada sabe sobre los efectos universales y el simbolismo de los colores, jamás podrá emplearlos adecuadamente”.
La psicología del color se centra en el estudio de cómo percibimos y nos comportamos frente a los colores.
Cada color despierta una sensación y emoción diferente influyendo directamente en nuestros estados anímicos.
En el diseño de interiores, interesa que la psicología del color se aplique de forma correcta, profesional y responsable según las necesidades del cliente.
El diseñador de interiores más profesional sabe cuál es el color que mejor se adapta a su cliente en función de su estilo de vida.
Dependiendo de la combinación de colores que se haga con cada uno de ellos, se transmite un mensaje u otro.
En el artículo de hoy hablaremos acerca de la capacidad que tienen los colores en el diseño de interiores; y cómo influyen estos, en las proporciones del espacio.
¿Qué colores aplicar en nuestras viviendas según la sensación que queremos transmitir?
Psicología del color gris
Es el color de la sofisticación. Se suele aplicar para ambientes como oficinas o bibliotecas. En el caso de las viviendas, se recomienda combinarlo con tonos más vivos para crear contrastes y dotar a esa estancia elegante de vivacidad y alegría.
El color gris es un color que, combinándolo con otros colores, permite adecuarse con toda clase de estilos.
Psicología del color violeta
El color de la elegancia, la pasión y el deseo.
Es un color que está ligado a la meditación y a lo espiritual.
Psicología del color azul
El color del cielo y del mar. Es un color que transmite calma y tranquilidad.
Es altamente recomendable aplicarlo en zonas de juegos y estudios, ya que es un excelente color para la concentración.
Combinado con el color blanco, crea espacios marineros. Si se combina con tonos claros, crea espacios equilibrados y armonía en las estancias.
Psicología del color verde
El color de la pureza, naturaleza y la paz. Es un color que va ligado a la sostenibilidad y medio ambiente.
Dependiendo de la intensidad con el que se utilice, se crean espacios con sensaciones muy diferentes.
Si quieres crear un espacio en calma, te recomiendo que apliques tonos verdes suaves. Por el contrario, si empleas tonos verdes intensos, se crean sensaciones refrescantes.
Psicología del color amarillo
Color que representa el color del sol. Simboliza la vitalidad, energía, diversión y positivismo. Es un buen color para aplicarlo tanto en cocinas como en comedores.
El color amarillo no se recomienda aplicarlo en los dormitorios de los bebés, ya que, según estudios, los pequeños tienen a llorar más en las habitaciones con estos tonos.
Dentro de los colores amarillos, podemos encontrar también diferentes tonos. Los tonos amarillos claros se emplean para dar luz y crear ambientes relajados, mientras que los amarillos intensos se emplean en espacios con poca iluminación natural.
Psicología del color rojo
Se dice que fue el primer color al que se le asignó el nombre.
El color de la pasión, el amor y lo erótico. Es un color que se recomienda emplearlo para detalles decorativos antes que para aplicarlo en paredes. Esto se debe a su potencia y personalidad, por eso, hay que emplearlo con moderación.
Con el color rojo, combinan muy bien los colores con tonos neutros. Si se realiza un uso debido de él con una mezcla correcta de colores primarios, obtendremos una habitación vibrante.
Psicología del color naranja
Color que mezcla la luminosidad del amarillo y la pasión del rojo. Es un color que aporta calidez y bienestar aumentando el positivismo y disminuyendo la fatiga.
Es un color que se asocia con la diversión, la creatividad y el éxito.
Al igual que el color rojo, se debe utilizar en su justa medida. Utilízalo en objetos decorativos y evita aplicarlo en paredes, ya que, en estancias pequeñas, puede hacer que resulten claustrofóbicas.
Sus variantes salmón y coral, se aplican en habitaciones matrimoniales, simbolizando la unión y el trabajo en equipo.
Psicología del color rosa
El color de la feminidad. Es un color acogedor cuyas vibraciones son las de calma y ternura. Es un color que se emplea mucho para combatir el estrés.
Si empleamos tonos más suaves, simboliza amor y cariño, mientras que, si aplicamos la paleta de colores más intensa, crea espacios acogedores.
