Decoración de oficinas
En el corazón de Albacete, bajo la elegante bóveda de hierro y vidrio del Pasaje de Lodares, se encuentra nuestro último proyecto de interiorismo y decoración: unas oficinas destinadas a venta de ajo. Un espacio que respira la historia y el legado de este icónico lugar.
Inspirados por la majestuosidad modernista de principios del siglo XX que define el Pasaje de Lodares, concebimos un espacio donde el pasado y el presente dialogan en perfecta armonía.
La decoración de oficinas llevada a cabo, respeta las molduras, ventanas y puertas originales, siendo estos testigos del tiempo. A su vez, se fusiona con las líneas puras y los materiales contemporáneos que aportan el equilibrio necesario para un entorno de trabajo funcional y sofisticado.
- CATEGORÍA: Decoración de oficinas – Rosario López Interiorismo
- NTERVENCIÓN Y UBICACIÓN: Proyecto de diseño, interiorismo y decoración en Albacete
- FOTOGRAFÍA: © Rosario López Interiorismo
Tras cruzar la puerta a estas oficinas de diseño, al visitante lo recibe una paleta de colores cálidos que recuerda la piedra arenisca de las fachadas exteriores, y a su vez, el color de la tierra y el campo, un color directamente relacionado con la actividad de venta de ajo de estas oficinas.
Las texturas naturales, como la madera de nogal y el mármol pulido, refuerzan la sensación de solidez y elegancia atemporal.
La iluminación, diseñada cuidadosamente, se inspira en las lámparas art déco, reinterpretadas con tecnología LED para aportar eficiencia y modernidad.
Cada rincón y decoración de estas oficinas ha sido pensado para honrar el espíritu del Pasaje de Lodares: una galería que siempre ha sido sinónimo de vida, comercio y encuentros.
Por ello, Rosario López integra elementos decorativos que narran esa evolución—jarrones elegantes, vitrinas con objetos vintage y detalles artesanales—, al tiempo que se incorpora mobiliario ergonómico y soluciones tecnológicas que miran al futuro.
Este proyecto no es solo un espacio de trabajo; es un homenaje a la historia de Albacete. Una invitación a mirar atrás sin dejar de avanzar. Porque en el Pasaje de Lodares, como en estas oficinas, el tiempo no se detiene: simplemente se transforma.